Vesanica
Desde la ciudad de las diagonales llega Vesánica, un film de terror autóctono de base del pueblo originario Tehuelche. Una fiesta de amigues en una casa embrujada ¿Que podría salir mal?
Los primeros minutos de la película de Lucas Gutierrez se ancla al pasado. Primero una narración de Lola Kiepja, la última sek'nam. Luego, año 1985 se sitúa en un campo argentino dónde una hombre priva de su libertad a una mujer. Veinticinco años después, el hombre es acechado por un ente malévolo. En la actualidad, Ramiro () es un joven que organiza una fiesta con sus amigos. El grupo queda involucrado en un ritual fantasmagórico. La conexión con el pasado es la columna vertebral de esta historia.
Pocas veces se ven en pantalla grande alusiones a los pueblos originarios y más en cuestión de cine de género. Esto sin dudas es un dato a celebrar. Sin embargo, la película carece de ritmo. Trazar el hilo entre el pasado y el presente podría haber resultado pero no queda claro a no ser por las pocas acotaciones que hace Ramiro y alguna sugerente imagen. El punto fuerte de la película fue la elección de reservar la identidad del ser sobrenatural. Una lastima que sobre el final se conozca la cara.
